2017-08-11

EL ARBOL DE LA FE


Como todos tenemos la capacidad de imaginar cosas, de darle forma a muchas ideas para así comprenderlas  mejor, me doy cuenta que hacemos lo mismo con la fe; aunque conocemos la definición que le da la Biblia a la fe :
Es pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11: 1, nosotros le seguimos dando formas que pueden llegar a ser injustas con ella pero que nos permiten comprender otros aspectos.

Hace unos años intentaba escribir una novela de fantasía que al final abandone, bien no recuerdo el motivo pero si recuerdo que quería que un personaje que ilustre la fe y casi automáticamente sin darme cuenta comencé a darle forma: era una joven hermosa, ciega y valiente que se mantenía firme ante toda adversidad, que pese a que era ciega era una cazadora certera y ninguna de sus flechas erraban el blanco.
Si me pregunto porque le daba esas características es porque siempre la considere algo delicado que se mantenía firme, que tiene una belleza que no se puede explicar, pero estoy completamente convencido que no era justa para con la fe, la imagen que le daba , como tampoco va ser la que le voy a dar ahora pero espero que nos lleve a reflexionar sobre ella.

Si prestaron atención al titulo de esta entrada podrán saber la forma imaginaria que le daré, esta es la de un árbol pero antes de continuar debo decir que esta entrada se piensa desde la frase de un libro:
"Es interesante notar el proceso de la fe en la palabra de Dios. La fe comienza con la salvación, crece a través de las pruebas y la palabra de Dios, conlleva fruto y se hace clara por medio de las obras de amor" (Rojas, 2012: 148)
Comienza: todo árbol necesita primero ser plantado para poder crecer, y de la misma forma en nuestras vidas la fe debe ser plantada en nuestro corazón dando el mayor beneficio de todos la salvación:
"En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de nuestra salvación, y habiendo creído en él fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa." EFESIOS 1: 13 

Es a partir de ahí que la semilla de la palabra se comienza abrir, comienza a tener vida dentro de nosotros y nuestra fe muestra la necesidad de alimento espiritual que viene a través de la palabra y de las pruebas:
(...) sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos por diversas pruebas para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero ser prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando sea manifestado Jesucristo, (...) 1 PEDRO 1: 5-8

La fe, tal cómo un árbol esta plantada y necesita ser regada constantemente por medio de la palabra pero como cualquier árbol también pasan y le afectan las tormentas, las cuales también llevan consigo recursos para alimentarlo; sino fuera así después de una lluvia o tormenta todos los que tienen un jardín saldrían al patio para regar sus plantas pero mayormente saben que desde el cielo llego el agua necesaria para sus plantas y que esta ayudara a mantenerlas.

Y así como los arboles, llegado el tiempo correcto y la cantidad de nutrientes justos  como necesarios producen fruto, sucede con nuestra fe:  "habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, (...) que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, " COLOSENSES 1: 4, 6

El árbol de la fe se distingue de cualquier otro porque se muestra a través del amor que Cristo nos permite dar a los demás, podemos decir que la iglesia es una especie de bosque espiritual que tiene arboles jóvenes, viejos o que están naciendo y que existen entre ellos muchos que llevan mucho fruto, que son fuertes;  estos son de las personas que han pasado las mil y una, que han tenido una vida sufrida y sacrificada, plagada de pruebas pero que pese a eso son los que más claro muestran el amor de Cristo para los demás porque en su memoria, en su historia y hasta en su cuerpo han podido vivir claramente la mano y el poder de Dios.

Eso es algo sorprendente aquellos que parece que no les queda nada más que bajar los brazos son los que más se abrazan a Dios, a su palabra y su fe crece grandemente, terminan dando sombra aquellos que la necesitan, alimento espiritual a quien lo necesita y un hogar a las aves perdidas (que pueden ser hermanos de la fe como no creyentes) que asientan sus nidos en la fe del hermano.

Gracias a Dios por aquellos que en la prueba se mantienen firmes y que sus vidas son como la del árbol del SALMOS 1: 3-6

bibliografía
Rojas, Alfonso (2012) 1 Tesalonicences: la esperanza de su regreso. Abriendo Surcos: Buenos Aires

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