Todos los seres humanos nos desplazamos de un lugar a otro porque es necesario para poder desarrollar nuestras tareas, es necesario para desarrollarnos como personas por eso una de las primeras cosas que aprendemos al nacer es caminar; ya solo este hecho nos dice que es vital para cada uno de nosotros.
Si es vital para nuestro desarrollo como personas y en el transcurrir natural de nuestra vida también lo es para nuestra vida espiritual porque así como aprendemos a caminar para después ir a donde necesitamos ir para desarrollarnos lo mismo sucede en la vida cristiana, debemos aprender a caminar en la vida cristiana para crecer en nuestra relación con Dios, dejando que El sea quien nos guié en el nuevo camino que abrió para nosotros al momento que nos salvo de nuestros pecados por medio de la sangre de su Hijo.
Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. HEBREOS 10: 19-22
Cualquier acto de desplazamiento, pese a que lo intentemos hacer sin un recorrido previo, termina siendo fijado por los mapas o las divisiones que nosotros trazamos inconscientemente a los lugares por los que nos desplazamos, lo cual se acerca a lo que dice Robert Tally sobre el desplazamiento:
La experiencia de estar en el mundo es una navegación constante de localizarse con relación a los otros, de orientarse en tiempo y espacio, de trazar una ruta, de ocupación y desplazamiento, y de movimientos a través de fenómenos geográficos e históricos. (Tally, 2012: online)
En nuestra vida espiritual el caminar con Dios debería constantemente ser observar la relación que tenemos con Él, si nos encontramos cerca o alejados, tenemos que observar que lugar estamos ocupados dentro del espacio que se ha designado para nosotros, pero sobre todo ver cuanto hemos conocido de Dios a lo largo de este camino.
nosotros sabemos que a lo largo de la historia de la humanidad, la misma a trazado el recorrido de su historia, a marcado los mapas y ha eregido estatuas o monumentos que marcan episodios importantes de su historia, lo mismo podemos observar en la historia de Israel, son recordatorios que el pueblo erigió por orden divina a fin de que no se olviden lo que Dios hizo por ellos; uno de ellos se da cuando cruzan el Jordán:
Cuando toda la gente hubo acabado de pasar el Jordán, Jehová habló a Josué, diciendo: Tomad del pueblo doce hombres, uno de cada tribu, y mandadles, diciendo: Tomad de aquí de en medio del Jordán, del lugar donde están firmes los pies de los sacerdotes, doce piedras, las cuales pasareis con vosotros y levantadlas en el lugar donde habéis de pasar la noche (...) y estás piedras servirán de monumento conmemorativo a los hijos de Israel para siempre. JOSUÉ 4: 1-3, 7b
Vemos que los recordatorios eran formas en recordar quien era Dios y que había hecho, estos funcionaban como estimulo para que el pueblo siguiera a Dios, nosotros como cristianos deberíamos ser capaces de también tener en nuestras vidas recordatorios del obrar de nuestro Señor en nuestra vida porque como dice en Mi experiencia con Dios (100% recomendable):
Cada vez que Dios revela su naturaleza de un nuevo modo, siempre tiene un propósito. Dios te creó para que tengas una relación con Él. Cuando se encuentra contigo, te permite conocerlo por experiencia. Los encuentros con Dios siempre son una experiencia de amor por ti. (Mi experiencia con Dios, 2009: 14)
el autor de este libro dice que un buen recurso es recordar las experiencias personales que tenemos con Dios porque así podemos ver como el se rebela a nosotros como lo ha hecho siempre a lo largo de la historia. Si trazo mi caminar con Cristo puedo ver su gracia, misericordia, amor, justicia, fidelidad, paciencia y tantas bendiciones que me ha dado que no puedo hacer otra cosa que darle la honra y la gloria que solo el se merece.
Trazar mi caminar con Cristo es ver su mano obrando en mi vida.
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